
Una vez tuve la oportunidad de conocer un hombre que había estado en la guerra de Vietnam, en uno de los ataques un adversario le disparó, la bala no tocó el cuerpo de Dave (así se llama), pero chocó contra una bomba de fósforo blanco que él sostenía en su mano, haciéndola estallar. Dave pasó un largo tiempo en el hospital, no murió, pero estoy seguro que en esos momentos en los que los doctores le desgarraban la piel "literalmente" para sanarlo, deseó que la bala hubiera chocado contra él. Después de muchos años de esto, Dave es una persona realmente feliz, incluso bromea cuando se le cae su oreja postiza. Ver a este hombre es realmente motivador, aunque también puede ser "acusador", ya que muchas veces nos quejamos por cosas que no valen la pena, o simplemente nos enojamos con el cielo porque "tuvimos un mal día" o porque "el tráfico estaba pesado".
No quiero decir que cuando venga una situación dificil nos "hagamos los tontos" y finjamos que no esta sucediendo, sino que tomemos tiempo para disfrutar más de lo que tenemos, y quejarnos menos por lo que no tenemos.